Salud y prevención

El día transcurría con normalidad, era sábado 27 de junio, yo laboraba y estaba en ruta a realizar un cargue en DHL con el vehículo de placas WCT-411 programado para las 2:00 de la tarde. Endry Ortiz, mi compañero de trabajo, iba a mi lado. Al llegar al punto de destino, cerca de la hora pactada, procedimos con el registro según los protocolos de bioseguridad para ingresar a las instalaciones, en mi caso, la primera alerta fue en el control de temperatura, pues estaba arriba de 38 grados, en ese momento, yo lo asocié al entorno del carro y el calor que este genera, eso le comenté a quien nos hacía el registro y después de realizar 4 intentos en diferentes partes del cuerpo, finalmente pude ingresar al edificio. Uno siempre busca una excusa y no cree que esté asociado a la realidad que estamos viviendo.

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Ese fin de semana, una tos y malestar en la garganta empezaban afectar mi salud, en ese instante no lo concebí como el segundo síntoma. Sin embargo, el lunes 29 de junio de camino al trabajo en bus, sentí mucho mareo, hasta el punto de preocuparme porque ya no era normal. Luego, tos severa, dolor de cabeza y mareo me impidieron llegar al trabajo. Llamé a Angie, líder de HSEQ, le reporté mis síntomas y ella no dudó en aislarme preventivamente por precaución mía y de mis compañeros.

Acto seguido, llamé a la Eps varias veces para solicitar atención médica, pero, al no obtener respuesta decidí dirigirme a Cafam la Floresta, sede de mi Eps. Allí, en famisanar, me hicieron la prueba para Covid-19 y me aislaron por 10 días. Yo salí del centro médico alrededor de la 1 am del 30 de junio y tomé un taxi para mi casa. Estando en mi hogar, mi estado de salud empeoró, yo pensé que había sido la brisa de la mañana de ese día y otros factores, pero estaba tan mal que, a los 8 días de estar en aislamiento, el 8 de julio, no pude resistir. Salí de mi casa en ambulancia, ya que no podía por mí mismo; me trasladaron a la clínica San Rafael en condiciones que no recuerdo, de aquí en adelante no tengo memoria.

Después, me enteré por mi mamá que estuve 2 días esperando que me asignaran una UCI (Unidad de Cuidados Intensivos). Luego, pasé 5 días en coma y entubado para poder sobrevivir estando al borde de la muerte. Mi mamá sufrió mucho durante este tiempo, “es muy preocupante y la incertidumbre de no saber cómo está, es mortal, me sentía terrible de no saber la condición de mi hijo. Los doctores nos decían que estaba muy afectado del pulmón, pero no les creíamos del todo, no sabíamos si ahí iba a culminar su vida” (Moreno Leopoldina, 2020) comentó ella cuando le pregunté.

Además, la preocupación de que se contagiaran todos en la casa era el otro temor de mi mamá, le hacía pensar que ella no resistiría el virus y me dijo que “En ese tiempo nosotras lo único que pudimos hacer fue mantener la esperanza y la fe en Dios” (—, 2020) Dado que no me podían visitar, los doctores les permitieron verme en 2 ocasiones a través de videollamadas; la primera vez que me observaron me hallaba muy mal, eso me comentan, estaba entubado, no podía moverme y menos hablar, la doctora me alzaba el brazo para saludar a mi familia, sin embargo, a mi mamá le dolía mucho verme así, aunque era una luz de esperanza para ella.

Cuando comienzo a tener memoria, recuerdo que mi cabeza estaba muy desubicada; pensaba cosas sin sentido, entre ellas, que en el hospital me estaban enfermando más, o eso creía porque yo desconocía la razón por la cual estaba en el hospital amarrado a una cama. Al mismo tiempo, escuchaba voces y veía cosas que no existían, el medicamento seguramente me generaba estos síntomas y hacía que tuviera la cabeza muy descoordinada. Ya la segunda vez que me vieron, fue en mejores condiciones, porque ya había salido de cuidados intensivos y era cuestión de tiempo para que me dieran de alta o eso pensé en su momento.

Entre tanto, mi hija sufría de incertidumbre y de impotencia al no poder hacer nada, por ello, cuando me dieron de alta, el 30 de Julio, para ella significó “una felicidad enorme, una esperanza total de ver nuevamente a mi papá en la casa recuperándose” (Cárdenas Paola, 2020) Ese día, cuando salí del hospital recuerdo muy poco, todavía me dolía la cabeza, el cuerpo lo tenía muy débil, me sentía perdido, estaba pálido y con los labios resecos. Por estas razones, no pude valerme por mí mismo, no me podía mantener de pie, de tal modo que necesitaba ayuda la mayor parte del día. Las primeras semanas yo no me sentía mejor, por el contrario, seguía con mucho malestar, dolor de cabeza, de cuerpo y de huesos, entre otros.

Todo el mes de agosto estuve en casa, a través de la eps, se programaron teleconsultas para monitorear y recuperar mi estado de salud. En las citas, hablaba con la doctora, quien me mostraba los ejercicios y cómo hacerlos, fueron diferentes y los hice a mi ritmo ya que mi respiración no me permitía acelerarme.

Los ejercicios se enfocaban en diferentes partes del cuerpo, la mayoría para los pies y los brazos, debo decir que estos fueron muy duros para mí, ya que no tenía fuerzas, me sentía muy débil y la respiración no me daba para hacer más de un ejercicio, esta última razón, me llevó a realizar terapias respiratorias, sin embargo, en su momento no pude llevar a cabo ningún ejercicio porque con solo respirar ya me ahogaba. Después de 3 semanas, pude realizar el primer ejercicio, este consistía en respirar hondo y sostener la respiración hasta donde más pudiera.

Así mismo, otras citas fueron en el centro médico con el otorrinolaringólogo, allí me reviso y me explicó que duré mucho tiempo entubado, también, que se debió realizar una traqueotomía en mi caso y podría existir la posibilidad de tener afectadas las cuerdas vocales, la faringe y otras partes de la garganta. Yo, por mi parte, no podía comer bien, todo se me salía de la boca, no podía pasar líquidos, solo podía comer de a poquito y tenían que ser alimentos blandos. Así estuve por varias semanas, hasta que un mes después, el 31 de julio me dieron una semana más de incapacidad, debido a que todavía me sentía débil, pero esta sería la última incapacidad relacionada con el coronavirus.

Llegué a sentir mejoría un mes después, a pesar de que todavía me sentía mal y tenía muchas secuelas, los doctores ya veían en mí las condiciones idóneas para laborar. El lunes 7 de septiembre volví al trabajo a las 8am, mis compañeros me veían pálido y sin fuerzas, sin embargo,  yo los veía a ellos muy despreocupados frente al tema de la pandemia.

Hoy en día me siento mejor, aunque tengo dificultades para ponerme de pie, la respiración, los dolores de cabeza y de cuerpo han disminuido notoriamente. También, me siento comprometido y responsable con la salud de las personas que me rodean, sé que mi caso le puede pasar a cualquiera. Por ello, a mis compañeros les digo que no se trata de pensar en que el sueldo me va a llegar bajo o de sentir algún malestar y pensar que es algo ajeno a lo que se vive en el mundo para seguir trabajando. Se trata de tener autocuidado para protegernos; mi familia sufrió mucho y mis seres queridos, todos sufren porque no saben en qué momento puede llegar una mala noticia; no es fácil saber que un ser querido acaba de entrar al hospital y las noticias no son buenas.

Por eso, creo que la prevención es lo más importante, este es mi mensaje para todos aquellos que no creen o le restan importancia a este tema. De igual manera, el autocuidado debe ser primordial en todos nosotros. Está en nuestras manos tener, mantener y usar todos los medios de protección y cuidado para mitigar el contagio.

No esperemos que nos contagiemos o incluso nuestros seres queridos, hasta que uno no vive esto en carne propia o ve una persona allegada pasando por una situación de estas, no entiende lo importante que es el uso del tapabocas, utilizar el gel antibacterial, no solo para uno, si no por la familia y los compañeros de trabajo. Entonces, a mis compañeros y a mis jefes les digo que deben cuidarse, no hay excusas que valgan, porque con el autocuidado y prevención ya están ganando, están bien, protegidos con los familiares y lo mejor de todo, con buena salud.

Por: Josset E. Fonseca

Fecha: 08/ 01/ 2021